El aumento de la seguridad de los peatones a ejercitar su derecho de paso por aceras y pasos de cebra no ha tenido nada que ver con el aumento del personal de la Policía Municipal, más bien al contrario, los nunca mal recibidos refuerzos no han sabido, querido o podido evitar, que los impedidos, los niños, los ancianos y los peatones en general, podamos circular libres del peligro de los vehículos.
Por un pueblo adaptado a todos los vecinos, limpio y sin barreras.